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El inicio (Despedida, un vuelo agónico y alto bautismo viajero)

  • Foto del escritor: nosfuimos_eriyseba
    nosfuimos_eriyseba
  • 12 sept 2020
  • 9 Min. de lectura

Actualizado: 12 sept 2020



Resulta que tengo la terrible combinación de tres factores: Amo hablar del viaje, tengo terror a olvidar cosas, y soy una obsesiva por llevar registro de las cosas. Ya re contra saben que en 2018 hicimos la vuelta al mundo con el viaje de arquitectura, durante el 2019 en mis horas de ocio y para ocupar la mente se me ocurrió empezar a escribir sobre el viaje y ampliar la bitácora que trate de llevar durante el mismo, personalmente antes de viajar amaba leer blogs de los que ya habían viajado.

Así que ahora vengo a compartirles estos humildes pero muy personales relatos sobre el viaje que nadie pidió, con el sello de calidad y humor de su servidora, la ErI.


*Sí señores el viaje de arquitectura que hice hace dos años, sí siempre hablo de esto y pretendo seguir haciéndolo porque fue la experiencia de mi vida lo siento mi ciela **y si son largos pero les juro que los hiper resumí y saqué todos los datos al cuete o cuando hablaba mal de alguien 🤣




Nos fuimos… (AHHH DIJO EL NOMBRE DE LA PÁGINA)


Venía con gripe desde hacia mas o menos una semana, por mas que hice reposo y tomè todas las drogas antigripales posibles no lograba mejorar, tanto así que andaba en el aeropuerto con el jarabe. Recuerdo despertar y sentir el relajo de la feria porque era jueves, la verdad no// recuerdo mucha cosa del día, sí que mamá fue a hacer mandados al mediodía y le pedí que me trajera bizcochos de dulce de leche, porque sabía que por ahí no iba a encontrar y me gustan mucho, pero resultó que me trajo cañones de dulce de leche, que esta bien es re rico pero no eran bizcochos de dulce de leche, así que nuestro reencuentro se postergó hasta fines de noviembre.


El avión salia 19:40, mi cuñado nos iba a llevar a eso de las 15hrs creo cosa de estar allá a las 16, el día anterior temprano hice el check-in y estaba contenta de haber conseguido asientos juntos y contra la ventana, fue la única vez que hice el check-in Online antes creo, luego siempre lo hice en el aeropuerto, lleve el papel impreso y todo completo, estaba muy nerviosa porque era la primera vez que hacia algo así, tenia terror de olvidarme de algo o no saber, para mi era todo un misterio lo que pasaba detrás, pensaba que le iba a errar o a meterme mal en un avión yo que se.


La hora no pasaba más, estaba bastante fresco, lo cual me enojaba porque odio el frio y me había hecho ilusión que este año lo iba a pasar olímpica total pasaba del verano al verano, pero no. Supuestamente cuando llegáramos a allá iba a estar mas calorcito, así que llevé ropa medianamente abrigada y que no me angustiara desprenderme en bien subiera la temperatura, spoiler alert: la temperatura no subió hasta como las tres semanas de viaje. Estaba muy ansiosa, abrazaba mucho a mama, mucho a los gatos, trataba de disfrutar y exprimir hasta el ultimo minuto, la textura de las manos de mamá, el picor en el cachete de la barba de papá, la textura del pelo de los gatos, como si después pudiera recordarla y apelar a eso en momentos bajón,- que no existieron, perdón jaja.


Me despedí del jardín, de mi cama, de mis cosas, muy dramática como todo conmigo, pero incluso hoy cuando lo recuerdo me parece una vida pasada, tenia por delante todo lo desconocido, la aventura de mi vida, este día lo atesoro como uno de los mas importantes de mi vida y me da cosquilla en la panza recordarlo. Al llegar al aeropuerto Seba ya había llegado, nunca había subido por la explanada de arriba, y era la primera vez que llegaba al aeropuerto para irme yo y no otras personas, y era para irme a EL viaje, había estado pro años imaginando ese momento. Una de mis tres hermanas y su hija de dos meses ya se habían despedido de mi el día anterior, también fue a despedirme la abuela, que no se que tan clara tenía la dimensión del asunto, aunque me abrazó emocionada al irse, cosa que no se daba muy seguido, al volver, ninguna de las dos había percibido mucho lo largo de mi ausencia.


adiosito barrio Peñarol


Fue raro encontrarnos con Seba, porque habíamos pasado unas últimas semanas de jodidas, peleadísimos, es muy largo, pero yo en ese momento me sentía como invadida por él en mi sueño y hasta celosa del protagonismo que él había cobrado en algo que en teoría yo creía que era “mio”, esto se prolongó un poco durante el viaje pero eventualmente se resolvió, tengamos en cuenta que son momentos de mucha ansiedad por todo lo que se viene y eso pone los sentimientos a flor de piel. Estaban casi todos nuestros familiares y amigos, pasamos a hacer el check-in y despacho, dimos pasaportes y los papeles impresos del check, despachamos las valijas, y me acuerdo pregunto destino y dijimos “Miami-Ny”, y pa mi fue rarísimo, no estábamos acostumbrados a expresar estas cosas tan top, a decir “wow voy a Miami”, hablar de vuelos, eran cosas muy ajenas y lejanas para nosotros, imposibles.

Recorrimos el aeropuerto, nos sacamos fotos, miraba para afuera incrédula de que la que se iba era yo. Se hicieron las 19 y ahí recién fuimos a acercarnos para pasar migración, un poco muy sobre la hora si lo pienso ahora teniendo el cuenta que el vuelo salia en 40 minutos y abordaban en 20 minutos, insisto, estábamos pintadísimos. De vez en cuando se sentía la gente haciendo ruido cuando se iba uno de la generación, nos fuimos pocos ese día, 10 o 12, el grueso de la generación se iba al otro día el 13, por temas de lugar en el vuelo nos mandaron algunos al 12 y yo tuve el enorme *jete de quedar en ese grupo y tener un día mas de Nueva York.



Y llegó el momento de emprender, el pecho se me había hecho un nudo, la emoción era enorme, el todo, el saber que iban a pasar meses, el ver todo lo que venía, los años de laburo se repasaban en segundos, era toda una cosa muy fuerte y salada que se sentía en el aire, un último abrazo a mamá, el aplauso de todos, hice una reverencia de ballet, pues yo como siempre boludeando. Entregamos las cosas a la chica y avanzas, caminas con un impulso que no sabes de donde sale, las piernas se mueven solas. En bien pasas el primer control que te recibe el pasaporte da como a un gusano de caminos con cintas, y en eso da la vuelta y vuelvo a ver de frente para “afuera”, y veo a mamá y a una de mis sobrinas, y tuve el impulso de un ratito más, beso más, un abrazo más, pero ahí, justo ahí me di cuenta que no podía deshacer los pasos e ir a darles otro beso mas, ya no podía, ya estaban a un millón de años luz.



Ultimo abrazo a mamá

En el avión


Lo que paso después fue muy rápido, supongo que pasamos por algún detector de metales, imagino que en algún momento me sellaron el pasaporte y atravesamos le freeshop, por que era tanta la emoción que no veía realmente nada. Ya estaban haciendo la cola par abordar y a los 5 minutos ya entramos, realmente era muy cerca de la hora de despegar, en otra situación entrando tan tarde hubiera colapsado de nervios por miedo a perder el avión.


Yo estaba como loca adentro de un avión por primera vez pisando el piso de moquete y viendo la curvatura de la estructura, todo eso que ves en las películas, capaz que piensan que soy tremenda zapalla fascinada por estos detalles pero bueno amiguis soy una simple chica de barrio Peñarol comprendanme. Seba estaba asustado por la experiencia del avión pero en comparación a lo que fue después diré que estaba bastante tranquilo, en realidad estaba más enfocado en esta cosa de irnos más que en el miedo. El avión empezó a moverse dirigiéndose a la pista, hizo unos vericuetos hasta que se posicionó de costado al aeropuerto, miles de veces me habían descrito como era un despegue, tenia grabado que papá me dijo que su parte favorita era cuando arranca porque agarra tremenda velocidad y te pega la espalda al asiento, y así fue, de repente bum para arriba, se elevó y vi el aeropuerto de arriba y de a poco todas las luces de Montevideo, literalmente quede de boca abierta con auténtico asombro, me parecía lo mas bello que había visto hasta el momento (mmm amiga no sabes las que te esperan) y Montevideo se alejó bajo mis pies.



Yo mirando a MVD y pensando que era una metrópolis gigante 🙄

Ya en otro planeta el avión se estabilizó, era una nave muy vieja, una cascarria si la comparo con las demás que tomamos. Como yo nunca había viajado en avión, no sabía que era lo normal y que no, noté que no iba como un tren súper suavecito y sereno sino que parecía un Nuñez por la ruta 30 a Artigas, en constante traqueteo y agarrando pozos, pero la gente iba parada charlando y moviéndose lo mas tranquila de un lado para el otro así que asumí que eso era lo normal. Como seguía con esa gripe espantosa, apenas podía respirar por la nariz y tenia mucha tos, trataba de toser lo menos posible para no molestar, me terminé el agua, y tuve que ir a pedir mas ante la duda de que no se...tendrían agua? Me darían? ME LA COBRARÍAN? Dato que nunca me dieron y ahora les doy a ustedes: no no les cobran el agua jaja.


Me habían dicho que ir al baño en un avion era una experiencia particular,la cosa es que tiro la cisterna y efectivamente parecía que se hubieran abierto las compuertas, la cisterna entro a chuparse hasta el papel que había en el rollo, me pegué el cagaso del año imaginate, así aprendí que hay que bajar la tapa antes de tirar.


Como decía el avión fue pegando saltitos y sacudones las 9 horas y pico enteras, miraba por la ventana y vi unas 5 o 6 tormentas eléctricas, pero como todos dormían plácidamente dije “ok, esto debe ser normal”. En una de mis idas al baño veo a la azafata sentada en sus asientos del fondo con el cinto puesto y sacudiéndose para los lados, pero repito, todo parecía normal porque todos dormían y estaban esplendidos, incluso cuando repartir la comida se caían cosas del carrito. Con los vuelos siguientes me di cuenta que todo eso no era normal, y menos mal que Seba estaba concentrado en la cuestión de irnos y ni se dio cuenta porque en plena conciencia y con su fobia no lo aguantaba.


Dejenme mimir

Finalizada la agonía a eso de las 5 am llegamos a Miami, esta parte era la que más me asustaba de hacer escala porque no sabía como era la cosa, por suerte fue todo llano e intuitivo. Fue muy rápido todo, eso de las 7 am tomamos el siguiente vuelo a New York, el avión era mucho mas chico, ya estábamos en Estados Unidos, no lo podía creer, todo era nuevo.


Llegamos la aeropuerto de La Guardia, pasaron trámites que no recuerdo y ya estábamos listos, le escribí al del Airbnb y ya podíamos ir, tenia todo calculado, ahora comprábamos la Metrocard y tomábamos un Uber al apto. Pero pequeña e inocente Eri, no podes prever todo, pues el wifi era adentro del aeropuerto, andaba pal culo, y encima los uber había que ir a esperarlos a no se donde en un punto especial como a 500 metros, no entendíamos nada. No se como nos agarró un tipo en uber que se ofrece a llevarnos, una camioneta espectacular pero ta subimos porque no teníamos otra opción. Subimos y nos dice que nos lleva por no se..120 dolares no me acuerdo, y nosotros tipo- KÈ, las bolas, es carísimo- y el loco no que esto es lo que me sale acá en el celular la tarifa (hablaba español), que cualquier taxi amarillo nos va a cobrar eso y mas, y nosotros no que no, que nos deje bajar(todo lo hablaba Seba), ahí ya estábamos en plena ruta tipo los accesos llamemosle, que nos deje bajar y nosotros vemos. Y yo pensama “lpm llegamos hace una hora y nos pasa esto vamos a quedar en la ruta con todas nuestras cosas me muero”. El amigue afloja de a poco y terminamos cerrando en 70 dolares con el la app de uber apagada, muy turbio todo.


Llegamos al apartamento en Brooklyn, ahí si salió todo bárbaro, abrimos la puerta con el código de la casa de Marvin, al cual jamás vimos pero va a quedar grabado siempre por el olor característico a manzana y canela que será por siempre olor la casa de Marvin. Había desayuno en la heladera para nosotros, bagels, queso philadelphia y jugo de naranja. Con el hambre que teniamos, sumado a que eran bagels de verdad y queso ese que acá es un lujo, no recuerdo una comida que me supiera mas a gloria que esa.


El nivel de felicidad y plenitud que teníamos era enorme, y se mantuvo durante todo el viaje, al menos la mayoría del tiempo, todos los días.




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